Del Editor •EDITORIAL DE la edición 196-
He escrito algunos editoriales con el argumento de que «y volvemos a empezar». así, igual que cuando «reseteamos» un sistema o la computadora.
Y no es precisamente reiniciar, porque ahora hasta las computadoras te preguntan si quieres continuar haciendo las tareas en las que te quedaste y te ponen en la misma ventana donde habías parado.
Pero igual, así como los sistemas se enredan con algún dato mal acomodado en sus celdas, así como cuando una cadena se sale de la estrella o una línea de producción se atora por algún error humano o falla mecánica, así las circunstancias de la vida, la política y el desarrollo se «resetean» o las tenemos que restaurar.
Siempre hay que ir a las causas para resolver en definitiva los problemas. Todo lo anterior lo escribo porque veo, analizo, observo y entiendo temas muy claros pero sigo sin estar de acuerdo en las formas de su comunicación.
Y es cierto: las cosas ya no son como antes. ¡Son peores!.
Antes, por muchos años, hubo quienes contribuían a «cribar» la información y clasificarla por importancia y por temas.
Buscaban (ábamos) segmentos de la sociedad para entregar sus mensajes en el lenguaje entendible por ellos y con los temas de su interés.
Y mientras el día sigue teniendo las mismas 24 horas, dedicamos muchas más a administrar, procesar, y comprender la información que recibimos. O nunca nos llegó la que es de nuestro interés.
Pero ese no es el problema: mientras que los medios tradicionales resetean sus procesos, los mercados de audiencia están en manos de una incidencia desordenada de información y en una confusión que desorienta al receptor final.
Y ante ello, surgen proyectos de comunicación estratégica, subliminal, profesional sin ética, de orden político en diferentes sentidos, con inversiones y presupuesto destinado a redes sociales y anónimos en el mundo libre de la web que termina de enajenar a quien confundido no sabe a quién creer.
Mi recomendación es que selecciona bien tus amigos y fuentes de información, estudia a quienes sigues y comparte solo los asuntos de valor e interés a quienes te siguen. No sigas a quien no puedas confiar.
Cada día es más dificil encontrar las buenas noticias.