Con motivo de la celebración de la 35 edición del Festival Alfonso Ortiz Tirado (FAOT), republicamos la siguiente entrevista realizada a Ana Sylvia Laborín Abascal, fundadora de este magno evento operístico y musical que se ha consolidado como el más importante del noroeste de México. A través de esta interesante y amena plática, narra la búsqueda y la aventura que para ella significó descubrir quién fue el Doctor Ortiz Tirado e idear un evento en su honor.
Por José María Valencia Mungaray
En su oficina de la Biblioteca Pública Municipal, en el centro de Hermosillo, ya no hay libros ni papeles, sólo muebles vacíos. Éste es el año de su jubilación después de muchos que ha estado a cargo de la Dirección Estatal de Museos; pero nuestra entrevista con Ana Sylvia Laborín Abascal no es sobre ese tema, sino sobre el Festival Dr. Alfonso Ortiz Tirado del que fue iniciadora.
Ana Sylvia es una mujer guapa y el tiempo ha acentuado su belleza. Hoy en día con varios nietos a los que adora y recuerda cada momento, está feliz de jubilarse porque tendrá el tiempo completo para ellos. Pero sus recuerdos, sus experiencias, las lleva impresas en sus manos, en sus ojos, en toda ella, y nos comparte algo de eso.
Primero: Un museo para Álamos
En 1983 el gobierno del estado tuvo la iniciativa de crear un museo costumbrista en Álamos con el propósito de ofrecer un atractivo adicional a esa ciudad colonial sostenida entonces mayormente por norteamericanos retirados.
Comisionaron a la directora del Archivo Histórico, Ana Sylvia, para esa tarea y sobre ello cuenta:
“Se había comprado una casona frente a la Plaza de Armas de Álamos -recuerda-; cuando llegué a conocerla me senté en la banqueta a llorar porque era una casa cuyo techo se había desplomado; era noviembre de 1983 y Álamos era una soledad espantosa”.
En aquella época los norteamericanos que vivían en Álamos regresaban a sus lugares de origen de marzo a octubre y en esos meses se cerraban todos los hoteles y restaurantes y prácticamente se paralizaba la actividad en la ciudad.
A Ana Sylvia le habían especificado que el museo debería tener dos salas dedicadas a personajes distinguidos de Álamos: la actriz María Félix y el Dr. Alfonso Ortiz Tirado; ya en 1984 cuando la casa había sido restaurada se empezó a trabajar en las investigaciones sobre ambos personajes.
“Del Doctor Ortiz Tirado yo sólo sabía que era sonorense y que había operado a mi hermana de polio en México en 1944 -confiesa-, ya que formaba parte de un grupo de sonorenses que se reunían en la capital y que mis padres frecuentaban, pero nada más. Entonces empecé a recopilar material, fotografías antiguas, a leer libros, porque en el gobierno me dijeron que me las arreglara yo sola y que sólo sabían que don Antonio Ortiz Mena era su primo”.
Buscando al Doctor
Localizar a don Antonio fue prácticamente imposible porque en ese tiempo era director del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), vivía en Nueva York y viajaba mucho así que Ana Sylvia partió a la Ciudad de México en busca de información sobre Ortiz Tirado y “La Diva” de El Quiriego, María Félix.
“Yo había leído el libro de doña Enriqueta de Parodi sobre el Doctor, por lo que sabía que había sido sepultado en el panteón de La Piedad en la Cd. de México; fui a la oficina del panteón y pregunté por la tumba, los empleados se vieron unos a otros porque no tenían idea de quién era el Dr. Ortiz Tirado; les pedí que me dejaran ver los archivos de 1960, año de su fallecimiento, y lo encontré en el mes de septiembre; también encontré el nombre de quien se hizo cargo del funeral: Sara, su hermana, pero al llegar a la tumba del Doctor la lápida de ella estaba a su lado. Volví a perder el hilo”.
Ana Sylvia tomó algunas fotos a la tumba, mismas que están ahora en el Museo de Álamos; al día siguiente tomó un taxi y fue al hospital que el Dr. Ortiz Tirado había construido cuya dirección está también en el libro de doña Enriqueta, porque también ahí vivió él. Su desilusión fue grande al ver el edificio abandonado.
La hija del tenor
Ella se quedó ahí esperando que pasara alguna gente mayor que viviera en el sector y que pudiera informarle algo; finalmente una anciana le dio razón: lo había conocido. El edificio lo compró el IMSS para centro de cardiología y que quizá un doctor de apellido Limón, que trabajó ahí y que ahora labora en el nuevo complejo de cardiología, pudiera darle informes. Lo contactó y le dijo que un doctor alemán a quien el Dr. Ortiz Tirado dio hospedaje en su hospital había estado con él durante los últimos años de su vida.
“Era el Dr. Paul Lowe, me comuniqué con él y me citó en su casa de San Jerónimo; me dijo que tenía una relación muy cercana con los hijos del Dr. Ortiz Tirado y ahí mismo me comunicó por teléfono con María Luisa, que vive en Guadalajara. Yo no lo podía creer”.
“A María Luisa le entusiasmó mucho la idea y me dijo que en su casa tenía muchas cosas de su papá y que estaba dispuesta a donarlas. Fui a Guadalajara al día siguiente y ya en su casa María Luisa empezó a sacar fotos, discos, cartas, álbumes, el sombrero de charro que ahora está en el museo, todo lo que puedas imaginar, hasta un busto del Doctor que le había hecho el escultor italiano Ponzanelli, para que lo reprodujéramos”.
También fue a la Asociación de Actores, donde le dieron el acta de defunción del Doctor y una copia de la credencial de miembro; era la número dos porque había sido miembro fundador.
María… temperamento de diva
Para eso -señala Ana Sylvia-, el gobierno de Sonora ya había tratado de ver a María Félix y había dicho que a ella no le interesaba una salita en un museo de pueblo, que ella merecía cosas más grandes y se decidió no insistir más. Mucho después su hijo, Enrique Álvarez Félix, reprochó que no se haya homenajeado a su madre en Sonora y se le dijo lo que ella había dicho.
Cargada de cosas y con el pesado busto del Doctor Ortiz Tirado sobre sus piernas en el avión, Ana Sylvia regresó a Sonora y se puso a trabajar en el museo, el cual fue inaugurado el 11 de noviembre de 1984 y estuvieron presentes la hija del Doctor Ortiz Tirado, María Luisa, y el Doctor Lowe; todos estuvieron muy contentos ese día.
“En el Registro Civil había encontrado el acta de nacimiento del Doctor Ortiz Tirado y me di cuenta de que su cumpleaños era el 29 de enero; había que hacer algo, dije. El museo ya estaba abierto, no teníamos dinero y además era cambio de gobierno, total que con las uñas empezamos a trabajar”.
Rito Emilio y Elsa
“Platiqué con Rito Emilio Salazar y aceptó con mucho gusto la invitación a que tocara el piano y me dijo que Elsa Limón podía cantar”.
Así empezó el Festival. El evento se nombró “Velada Doctor Alfonso Ortiz Tirado”, en la que Elsa Limón y Rito Emilio Salazar Ruibal interpretaron canciones que fueron éxitos del Doctor; la velada se complementó con una plática sobre el ramal del ferrocarril en Álamos que relató don Epifanio Zamorano, miembro de la Sociedad Sonorense de Historia.
La primera “velada”
“Rito Emilio y Elsa viajaron en autobús; él hizo un dibujo del Doctor Ortiz Tirado que se reprodujo en los programitas de mano que se imprimieron en el mimeógrafo del Boletín Oficial del estado. La velada fue en el museo y asistieron 107 personas, todos sentados. Al pequeño auditorio lo bautizamos como Dr. Alfonso Ortiz Tirado”, recuerda Ana Sylvia, quien para entonces era ya titular de la nueva Dirección de Archivo Histórico y Museos de Sonora.
En 1986 la “Velada Doctor Ortiz Tirado” en el Museo de Álamos estuvo más concurrida; participaron de nuevo Rito Emilio y Elsa, pero en 1987 ya no pudieron asistir, así que se invitó a personas de Navojoa y a un trío musical. El museo estuvo tan lleno que hubo que poner sillas y sacar bocinas al patio.
En 1988, ya como Festival, el evento se trasladó al Palacio Municipal de Álamos. Ana Sylvia recuerda:
“Tuvimos mucho apoyo del gobierno del estado, incluso nos habían dicho que contratáramos a Alejandro Algara, pero no pudo venir porque tenía otros compromisos. Ese año el Palacio se llenó como no tienes idea; después hubo que reforzar el piso de madera porque no resistía a tanta gente”.
Gobernadores y eminencias
“Desde entonces todos los gobernadores de Sonora han asistido al Festival –afirma, sin ocultar su orgullo, Ana Sylvia-; en 1989 el gobierno invitó a don Antonio Ortiz Mena, quien donó los trajes para la estudiantina cuya creación yo había sugerido porque Álamos tenía las características ideales para realizar las callejoneadas como en Guanajuato; al año siguiente fueron parte importante del Festival”.
Ana Sylvia recuerda que han estado en el Festival canales nacionales de televisión, por ejemplo vino el conductor Javier Alatorre de TV Azteca, incluso dos canales de TV de Tucson, Arizona; se abrieron conciertos en el Templo de Álamos con música adecuada al lugar y se abrieron también otros escenarios como La Aduana, gracias a la solicitud de un norteamericano dueño de un restaurante.
“En una ocasión -recuerda Ana Sylvia-, el gobierno del estado a través de su representación en la Cd. de México invitó al Festival a tres embajadores: de la Comunidad Económica Europea, de Bélgica y de Francia; ellos donaron una placa que se colocó en la casa donde nació el Doctor Ortiz Tirado”.
17 años organizando
“En 1992 se agregó la Ruta del Arte con la colaboración de algunos residentes norteamericanos que prestaron sus casas para exponer las obras de arte. Ya en 1989 el Festival abarcó tres días, luego fueron cinco y después nueve días. Yo participé 17 años, en 1993 el director en turno del Instituto me dijo que ya no, pero en 1997 me volvieron a invitar y continué hasta el 2003”.
“En 1997 se le empezó a decir Álamos 97, luego 98, pero eso de ‘FAOT’ salió en el 2004; el verdadero nombre es Festival Doctor Alfonso Ortiz Tirado”, aclara, con decisión, agregando que el Festival siempre fue un evento alterno y parte del Museo Costumbrista de Álamos.
Un canto a oscuras
“Gente vieja de Álamos me platicaba que el Doctor Ortiz Tirado venía seguido a Álamos y operaba en el Hospital Civil de Navojoa, incluso me contaron que en algunas ocasiones cantó en el teatro del Palacio, donde ahora se celebra el festival, y dicen que una vez él pidió que apagaran la luz porque no quería que lo vieran llorar y cantó a oscuras. Las fotografías del Doctor que están en el museo donde aparece en las calles de Álamos, frente al hotel Los Portales, son una prueba de que le gustaba venir a su tierra”.
“Mucho tiempo después, recorriendo yo la sala dedicada al Doctor Ortiz Tirado en el museo y viendo su acta de defunción, había algo que me saltaba y finalmente vi que el año, día y hora en que murió, fueron los mismos en que nació mi segundo hijo”,asegura Ana Sylvia.
Biografía
Dr. Alfonso Ortiz Tirado, tenor y patólogo, admirado en ambos rubros
Alfonso Ortiz Tirado nació en Álamos, Sonora, el 24 de enero de 1893 y falleció en la Ciudad de México el 7 de septiembre de 1960; fue un destacado patólogo y cantante tenor, igualmente admirado en ambos rubros.
Hijo del Dr. Alfonso Ortiz Retes, hermano del gobernador del estado de Sonora don Carlos Rodrigo Ortiz Retes y de María Luisa Tirado, ambos originarios de Álamos, pasó sus primeros años en Culiacán, Sinaloa y se trasladó a la Ciudad de México junto con su madre y hermanos después del fallecimiento de su padre. Cursó la educación primaria y secundaria en el Colegio de Mascarones donde se pusieron de manifiesto sus aptitudes para el canto.
Posteriormente ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria y al terminar se inscribió en la Facultad de Medicina; recibió su título profesional en 1919. Como médico cirujano fue miembro de la Academia Americana de Cirugía, de la Academia Indolatina de Medicina, catedrático de la Facultad de Medicina de la UNAM y miembro de diversos organismos médicos de México y el extranjero. Hizo interesantes aportaciones a la ciencia. Su primera inclinación fue hacia la ginecología, pero finalmente se decidió por la ortopedia con especialización en cirugía reconstructiva.
Fue médico de cabecera de la pintora Frida Kahlo a quien practicó varias intervenciones. De igual forma, intervino quirúrgicamente en la mejilla al músico y compositor Agustín Lara; por su gestión llegó a México la primera mesa de Olby para cirugía de espina dorsal.
En su faceta artística estudió en la academia de canto del maestro José Pierson perfeccionando una cálida voz de tenor natural y se dedicó a recorrer Centroamérica y Sudamérica, Estados Unidos y algunos países de Europa dando recitales, sin descuidar la práctica de la medicina. Su dulce voz y sus numerosos discos fonográficos fueron siempre altamente apreciados en todo el ámbito hispanohablante.
Su actividad artística hizo posible la edificación del inmueble donde se instaló un hospital infantil en la calle de Niños Héroes, colonia Doctores, de la capital de México. Este edificio después albergó la Unidad de Cardiología al fundarse el Instituto Mexicano del Seguro Social, institución que adquirió el inmueble. En el patio del mismo se encontraba una placa de bronce en la cual se leía: “Levanté con mi canto este templo para aliviar el dolor”, más los nombres de todos los países en los que se presentó triunfante el “Chino” Ortiz Tirado, como cariñosamente se le llamaba. Desafortunadamente esa placa desapareció cuando el hospital cambió de dueño.
El doctor Alfonso Ortiz Tirado falleció en la Ciudad de México el 7 de septiembre de 1960. Sus restos mortales descansan en el Panteón Francés de La Piedad, en la capital de la República Mexicana.
Desde 1984 en Álamos, Sonora, se viene celebrando un festival musical-artístico en su honor que puede ser comparado con el Festival Internacional Cervantino.
Excelente información. Muy interesante. Felicidades Ana Sylvia por tu trabajo.
Soy un Sonorense más, orgulloso de mi estado y los felicito por su labor de difundir todas las cosas buenas del terruño.
¡MUCHAS GRACIAS! ¡SALUDOS! 🙂